miércoles, 28 de julio de 2010

Los días del Paraíso

Ha ido la luz enseñándome que sólo hay que situarse del lado del amor. A diferentes horas del día viene la luz callada a colocarse amorosamente sobre las cosas: en la blancura de la primera mañana, azul celeste y pura al mediodía y oro dorado y líquido en el atardecer, cuando ya el día es incendio y la luz de la tarde, hoguera, llama de amor, violencia de la belleza. Sólo besar el mundo, en silencio, decididamente.

El pie caminante siente la integridad del planeta. Jorge Guillén

(27 de julio de 2010)

miércoles, 21 de julio de 2010

Las noches del Paraíso

Cuando estoy en el Paraíso y cae la noche, viene mi adolescencia incendiada a pedirme cuentas. Miro y escucho la noche y otros adolescentes pasan y sienten lo que yo sentí en las noches del Paraíso. Me gusta verlos. Me hacen pensar que la vida es ahora, aquí.
(20 de julio de 2010)

martes, 20 de julio de 2010

Los días cantábricos

La realidad del mundo aparece y desaparece entre la bruma de un cielo húmedo de algodón gris. Los caminos llevan a ningún sitio. Huele la tierra a verdad. La hierba mojada de agua de mar. Los campos fluorescentes. Y, hasta donde alcanza la vista, la inalterable sucesión de la belleza.
(19 de julio de 2010)

miércoles, 14 de julio de 2010

Unos árboles. II

Otra belleza. Frente a mis ojos, en la casa cantábrica, un inmenso atardecer: gris, blanco, humo, morado, celeste, naranja, encarnado, violeta. El cielo del Norte, sobre el Cantábrico y las tierras de frontera entre Galicia y Asturias, cielo pleno de poder, de vida secreta.
(12 de julio de 2010)

Unos árboles

Hace poco leí que quien quisiera la felicidad constante debería acostumbrarse al cambio constante. Frente a mis ojos, en la casa cantábrica, ha desaparecido el bosque, las altas tuyas majestuosas que se mecían solemnes con la brisa, que tapizaban de verde mi mirada, que eran atravesadas en los veranos cantábricos por el oro líquido del atardecer. Ahora mis ojos ven sólo cielo, tierra.
Pasar página. Buscar otra belleza. Todo es para bien.
(10 de julio de 2010)

jueves, 8 de julio de 2010

Bajo el cielo morado, ya con la noche caída, tú mirando la costa africana. Toda esa bondad tuya que es estar en el mundo sin estar en el mundo, sin que el mundo te roce.
(4 de Julio de 2010)

Una vida. II

Excepto el reloj de oro y un medallón también de oro, todo era en ella devastación: su cuerpo y su alma. Algo la mantenía en pie: su hijo joven, deportista, inocente. Y en lugar de llorar, acariciaba la mejilla de su hijo, tan alto, tan joven, que iluminaba su devastación.
(25 de junio de 2010)

Amanecer

Amanece el día en la costa. El trino de un extraño pájaro mientras despertaba a tu lado. Ahora la mañana va abriéndose sobre el paraíso de Málaga. Mientras leo y espero que despierte la casa, pienso en un café a media mañana, siento la luz matizada de la Plaza de las Flores. Su poder.
Hoy también estoy en el Paraíso.
(6 de junio de 2010)

Amapolas y dolor

En estos días de Cuenca, las amapolas de las cunetasy el joven disminuido, moreno y grande, que nos clavó sus ojos inocentes y salvajes. Su vida dura y sin porqué inútil está en mi mente, con los campos verdes y amarillos de Cuenca. Sus ojos perdidos, vacíos, tan hermosos como las rojas amapolas violentas y sin porqué de las cunetas.
(22 de mayo de 2010)

Carlos y la altura

Bea escucha a Carlos reír, gritar, llamarla. Bea vuelve la mirada y Carlos, ya en pie, está agarrado a la cuna, las piernecillas casi firmes sobre el colchón. Él sabe, en su desconocerlo todo, que está ahí el mundo, para él, abierto, cercano, hermoso, y lo está mirando en pie. Le gusta tanto a Carlos la vida, sus trabajos, los días, que ríe salvaje, inocente, porque ya está aquí, dispuesto, en pie.
"Caminamos por los alrededores de la ermita, distraídos y suspensos. La tarde parece apartada, abstraída del tiempo, una mera creación del espíritu. Si yo pudiera imaginar, crear otro mundo, imaginaría este mismo mundo". Josep Plá, El cuaderno gris.
(1 de mayo de 2010)

viernes, 2 de julio de 2010

Del vivir

Retengo esa imagen que no he visto: mi amigo C. pasea acompañado por su madre y por su hermana y apoyándose en un bastón. Ahora que ha resucitado.
Del vivir, ¿quién nos consuela?.

jueves, 1 de julio de 2010

Julio

Primera noche del verano. La tibieza del aire, las terrazas, una cerveza en buena compañía, la gente en la calle. Estas noches de África son el emblema de la vida: hermosa, fugaz, disparatada, bella.