sábado, 19 de abril de 2014

Todo

Todo aquí, a las siete casi en punto de una tarde de abril. Los árboles hablan sus palabras de silencio bailando despacio la brisa de primavera. El azul es puro y continuo en el cielo de la tarde. Hay un silencio en el que suenan las hojas de dos libros que van pasando despacio y los ruidos sordos y amortiguados de la casa vacía. Unos gorriones cantan muy despacio, con miedo y respeto del silencio, haciéndolo solemne y poca cosa. 
Nada más que la vida misma. 

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