El árbol de oro de la vida

Grau, teurer Freund, ist alle Theorie Und grün des Lebens goldner Baum. Goethe

Nos queda como única misión encender el mundo, incendiarlo, para que las cenizas del incendio acompañen a las nuestras, más allá, en el final.

Verde

Con una esperanza que no recuerdo, siento la urgencia este año de la llegada de la primavera. No puedo sustraerme a este sentimiento, y menos ahora que desde el ventanal de mis años jóvenes veo entrar la marea de la luz de Granada, la luz vespertina de esta ciudad de primavera donde ardió mi juventud. Ahora que el tiempo es mi aliado y viaja conmigo, esta luz de mi juventud me muestra lo que tanto he tardado en aprender: viene por la vuelta de febrero un tiempo nuevo, viene apurando en mi alma la primavera. Para mí también. And all the rest is silence.

Sevilla, de nuevo

Dejados de la mano de Dios, por las calles adelante, ateridos de frío, aturdidos por la felicidad que no esperábamos, el aire gélido y vivificador, el gran sol sobre la mole catedralicia, tu cara de alegría, Sevilla abierta, el café dorado en San Lorenzo. Todo lo que está tocado por la vida, por la gracia.

Antes y ahora

Antes era salir a la calle, buscando el futuro de fuego que estaba, ahí, a la vuelta, en aquella esquina. Recorrer la Ciudad, donde fuimos jóvenes y ardíamos. Buscarnos en Plaza Nueva, subir a tu casa y romper el frío o probar el calor de aquellos días de miel, llenos de luz de mañana, de azules puros, de sol, de tu camisa azul marino alumbrando la tarde, cuando entrabas en el Real y comenzaba un mundo nuevo, renovado y puro.

Ahora, solo, nada más, buscarte en la cama, tocar tu piel blanca y que tu cuerpo verdadero conjure la noche. Nada menos.