Amapolas y dolor
En estos días de Cuenca, las amapolas de las cunetasy el joven disminuido, moreno y grande, que nos clavó sus ojos inocentes y salvajes. Su vida dura y sin porqué inútil está en mi mente, con los campos verdes y amarillos de Cuenca. Sus ojos perdidos, vacíos, tan hermosos como las rojas amapolas violentas y sin porqué de las cunetas.
(22 de mayo de 2010)
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