Sus ojos

Hace mucho frío y ya estará Carlos durmiendo, pero sus ojos me iluminan porque ven más allá de lo que yo veo. Cuando mira, sonríe y fija la vista inocente en la inocencia de la realidad. Todo lo ve nuevo, todo es nuevo cuando él lo ve. También acerca las manitas a las cosas nuevas y se lleva a la boca los pulgares y mira con la boquita llena un mundo nuevo que le ilusiona.

Me gusta el mundo que ve Carlos, porque es blanco, nuevo, puro. Es un descubridor, un explorador que aún no anda, pero me ha llevado a otra tierra. Sus ojos, mirando un mundo puro, me animan a vivir este mundo gris, lleno de niebla. Está enseñándome todas las cosas puras que yo había olvidado.

Tiefer

Hemos encendido la chimenea en esta tarde de febrero. Desde el azul gris de la sobremesa, ha ido la luz pintando las horas, cada vez más íntima, más nuestra. Ahora, ni el horizonte tiene una última claridad. Le madera de olivo que crujía es ya ascua y silencio. Ha pasado la tarde clara. Y ha sido verdad. Eso es suficiente.