Noches blancas

Mis alumnos han aprendido un verso que repiten como un mantra. Es un verso de Claudio Rodríguez y dice así: Largo se le hace el día a quien no ama / y él lo sabe. Tienen diecisiete, dieciocho años. Van a empezar el futuro y esta noche es para ellos una noche blanca, en blanco.

De esta hermosa noche, retengo sólo ese verso que hoy han vuelto a repetir, y que yo les mostré, hace unos tres meses. Que sirva como símbolo, como ofrenda a la vida, a los dioses que nos guardan y que les guarden.

Hay noches en las que sólo queda dar las gracias, y perseverar.

Días de mayo

Cada mes tiene una personalidad. La de mayo linda con el caos y con la maravilla: nos hemos salvado del claustro húmedo del invierno y la luz está aquí otra vez, pero no sabemos cómo recibirla. Mayo de cosas sin nombrar, de días enteros, mayo muchacha frágil que ya es hermosa y tiene los ojos muy grandes. Los días de mayo, lleno de miedo y de amor, sin saber por qué, con ganas de llorar, con la piel abierta en las tardes, con el alma en carne viva, sin saber por qué, y sabiéndolo.

Larra en las Cortes

Ante el espectáculo imbécil que en las Cortes ofrecen estos días "los hunos y los hotros", conspicuos mascadores de chicle, hombres incapaces de abrocharse el botón superior de su americana, bobos solemnes, y a modo de salvación y consuelo, tengo en la mente estas palabras del gran Larra en ese maravilloso texto -y emocionante para cualquier español- que es las "Exequias del Conde de Campo- Alange" : Donde son tan pocos los hombres que hacen siquiera su deber, ¿qué mucho será que el dictado de héroe se aplique diariamente a quien se distingue del vulgo haciendo el suyo? Llamamos patriota al que habla, y héroe al que se defiende. ¿Qué llamaremos un día al que nos salve, si alguien nos salva?.

Heridas

¿Quién nos salva de vivir, si no es la vida misma, dándonos un plazo aún, una moratoria, para contemplarala destrozándose a nuestros ojos? Estupefactos ante el fulgor, seguimos en pie, y esperamos sucesivas plenitudes en las que ser.

El botín de las rosas II

No importa vivir, pues que el tiempo morirá en nuestros brazos.

No importa morir: bajo el sol y en la noche soy carne de plenitud, instante supremo, verdad.

El botín de las rosas

Mi caudal es lo que sobra de la vida, lo que la vida pierde y abandona. La sustancia del vivir está olvidada en el margen: lo que excede de la vida es mi botín. Un tesoro al descubierto recojo, me alimento de lo superfluo, lo sobrante, las naderías.

Así las rosas viviendo abandonadas su morir, a pleno día. Las rosas encarnadas, púrpura, pastel, rosa: su muerte es vida y pureza.