miércoles, 28 de julio de 2010

Los días del Paraíso

Ha ido la luz enseñándome que sólo hay que situarse del lado del amor. A diferentes horas del día viene la luz callada a colocarse amorosamente sobre las cosas: en la blancura de la primera mañana, azul celeste y pura al mediodía y oro dorado y líquido en el atardecer, cuando ya el día es incendio y la luz de la tarde, hoguera, llama de amor, violencia de la belleza. Sólo besar el mundo, en silencio, decididamente.

El pie caminante siente la integridad del planeta. Jorge Guillén

(27 de julio de 2010)

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