jueves, 29 de mayo de 2008

Lázaro

No sé qué tienen las madrugadas de los días anónimos y sin historia en que, rayando el día, despierto y están las horas sin estrenar ofrecidas, esperándome. Ninguna droga igual, ninguna felicidad intensa comparable: comienza un día nuevo en paz, para mí, en la soledad cartuja de mi casa, bajo el cielo limpio de cualquier estación, en medio del mundo y de la vida pequeña e inmensa.
Era otra vez la vida. /Cuando abrí los ojos/ fue el alba pálida quien dijo/ la verdad. "Lázaro", Luis Cernuda

lunes, 26 de mayo de 2008

Dolor

Dolor, amigo, entra. Pasa. Quédate conmigo y háblame: cómo la vida a veces no es vida, por qué el azul es más azul tras la tormenta, qué hago con la pena y dónde la coloco. Cierra las puertas del mundo, que también tu tienes palabras para llenar toda una oscuridad y darle forma a la nada. Ya sé que estás de paso, pero ahora quédate, amigo, entra y pasa.
Given a choice between grief and nothing, I´d choose grief W. Faulkner
Señálame algo hermoso en este mapa./ Un lugar donde la ley establezca/ que la alegría es un deber moral... Juan Bonilla

viernes, 23 de mayo de 2008

La vida

En una mañana apresurada llena de trabajos he visto, después de dos meses, a mi alumna S. Regresa al mundo tras ser probada a fuego por el dolor y por la muerte. Ha vencido: las ojeras que yo le señalaba y su tez apagada se ha transformado por arte del sufrimiento en una piel blanca y en una sonrisa de resucitada. Su sonrisa y su mirada llena de inteligencia y de silencios hermosos me han vuelto a decir lo que tantas veces pienso, mejor, veo: hay una raza superior de seres buenos que milagrosamente alivian el vivir, cimentan la dignidad con su sola presencia. Ella, a sus quince años, bien podría ser una de las mujeres fuertes de la Biblia. Recuerdo aquello de "cuando veas a un hombre bueno, aprende de él; cuando a uno malo, mírate a ti mismo".
"Pero como era bueno, por ser inteligente..." San Manuel Bueno, mártir , Unamuno

lunes, 5 de mayo de 2008

También tu

También tu, cuando te tiendes a mi lado y abres para mi tus brazos, participas de la misma esencia de la carne de las buganvillas: papel de color carmesí que nada pide en la vida y lo es todo, luz de la tarde y resplandor del mediodía, silencio de todo lo que es bueno y se cumple entero en su ser, presente eterno.

jueves, 1 de mayo de 2008

Sade

Una forma muy honda de ponerle nombre a las cosas más hermosas: esa tristeza que confundimos con la alegría, esa felicidad un mucho triste de lo que no puede ser más bello y está pasando y lo sentimos huir, los mediodías de fuego con los sentidos henchidos de realidad, los azules todos del mar y del cielo. Esa música es todas las veces que no podemos hablar, porque las cosas más hermosas, de puro tristes y bellas, no tienen palabras. Esa música nos dice, y somos otra vez jóvenes y azules, y un poco tristes, y muy alegres. Y el silencio de esa voz honda es la plenitud.