miércoles, 13 de agosto de 2014

Alma de niño, corazón de gigante

 Paseando en un atardecer de oro por el campo, encuentro un busto casi escondido, en una placita, frente a la iglesia solitaria y cerrada de un pequeño grupo de casas; detrás, el cementerio diminuto rodeando el templo. Honra la memoria de un médico del pueblo, muerto hace ya años, que atendió a mi abuela, a mi madre. Era natural de San Juan de Moldes, esta aldea preciosa. Reza la inscripción :  A don Ramón Muiña, ... , providencia de los humildes, alma de niño, corazón de gigante.
  Sé que el almirante Nelson no tiene un monumento más glorioso en Trafalgar Square. 

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