Los días cantábricos
La realidad del mundo aparece y desaparece entre la bruma de un cielo húmedo de algodón gris. Los caminos llevan a ningún sitio. Huele la tierra a verdad. La hierba mojada de agua de mar. Los campos fluorescentes. Y, hasta donde alcanza la vista, la inalterable sucesión de la belleza.
(19 de julio de 2010)
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