Atardecer sobre el mundo

Atardecer sobre el mundo y tú en medio del cielo, mirando el pálpito hermoso de la vida que discurre allá abajo y entrando y saliendo de la casa que es hogar y alegría, donde tu has dispuesto, como en el pasado, los refrescos, el cava helado, las copas y las velas, la comida y los platos. Donde tú estás está la vida, brillando simpre, siempre luminosa y bella, llena de razones. Tú en medio del mundo con la camisa italiana a rayas y la inmensa alegría. Y qué placer triste, caída la tarde más larga del año, ayer, seguir en medio del cielo, cuando todos se han ido, en el balcón, mirando el gentío que ya se pierde entre los restos de la fiesta y pensar que hemos levantado una tarde hermosa en medio del mundo, que la fiesta pequeña fue amor y vida, tu alumbrándolo todo, como siempre, de vida nueva.

La total circunferencia

No nos neguemos a esta gran verdad: existen la circunferencia y el círculo que cierran y completan la hermosura entera de la vida. Nuestra tarea es, sólo, buscarlo, trazarlo, y quedarnos a vivir en él. Muchas señales nos lo dicen, en el mediodía pleno de junio, en la plenitud que derrama a nuestros ojos la realidad entera.

Reyes, la indescifrable providencia/ que administra lo pródigo y lo parco/ nos dio a los unos el sector o el arco,/ pero a ti la total circunferencia. "In memoriam A.R.", Jorge Luis Borges