lunes, 21 de julio de 2014

El gris suave

La tarde ha pasado del sol rotundo de la sobremesa al dorado y alegre de la tarde, que ha ido ennegreciéndose y haciendo más solemne la bóveda cercana del cielo. Ahora quedan en el horizonte cercano unas nubes blancas brillantes y metálicas, que anuncian luz aún en la Mariña lucense. Las nubes grises matizan en la orilla asturiana el gris en muchos grises, del puro blanco oscuro al casi negro. El cielo es gris suave, en lo que abarcan los ojos. El gris suave de Azorín. Con él recordamos la mayor ambición humana: no tenerla. 

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