martes, 30 de junio de 2009

Agarra el día

Hoy es el último día de Junio. Junio comienza siempre para mi, desde hace muchos años con la lectura el día 1 del "Junio" de Pablo García Baena: Bajo tu sombra, Junio, salvaje parra, / ruda vid... Hoy es el día último de este mes y no quiero dejarlo pasar sin recordar las palabras que C. me dijo hace cuatro días ante una cerveza en un mediodía africano y absoluto: agarra el día, no dejes que se escape, agárralo, agárralo, no dejes que se vaya.
En este mediodía, además, he sentido con todo el cuerpo la luz de otros mediodías en el Paraíso, cuando la luz cantábrica -luz de sol atravesando un cristal finísimo, luz de mediodía ardiendo en calma- invadía las calles tranquilas y el parque decadente y vivo y los setos de boj exhalaban un aroma inconfundible a plenitud verde e inocente, gratuita. Cuántas veces he sorprendido ese olor en otros parques, tras otras cancelas, en otros lugares y me he sentido un apátrida feliz. Ese olor es para mi el olor de la plenitud redonda y libre. Es la felicidad la que tiene su olor, olor de mes de junio, dice precisamente Gabriel Miró en la cita que abre el "Junio" de García Baena. La dicha, el violento jacinto de la dicha.