El conde de Albrit
Oídme bien. El león pobre de Albrit, que nunca os pidió nada, y que para nada os necesita, os manifiesta su desprecio con toda la efusión de su alma...Quedaos con ese mundo vuestro, que no comprendo, donde la mentira, la infamia y la avidez campan a sus anchas. Y que os aproveche. Qué maravilla, de vez en cuando, como higiene necesaria, pensar estas palabras, sentirlas. Y seguir viviendo. Y sonriendo.