jueves, 29 de mayo de 2008

Lázaro

No sé qué tienen las madrugadas de los días anónimos y sin historia en que, rayando el día, despierto y están las horas sin estrenar ofrecidas, esperándome. Ninguna droga igual, ninguna felicidad intensa comparable: comienza un día nuevo en paz, para mí, en la soledad cartuja de mi casa, bajo el cielo limpio de cualquier estación, en medio del mundo y de la vida pequeña e inmensa.
Era otra vez la vida. /Cuando abrí los ojos/ fue el alba pálida quien dijo/ la verdad. "Lázaro", Luis Cernuda

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