viernes, 23 de mayo de 2008

La vida

En una mañana apresurada llena de trabajos he visto, después de dos meses, a mi alumna S. Regresa al mundo tras ser probada a fuego por el dolor y por la muerte. Ha vencido: las ojeras que yo le señalaba y su tez apagada se ha transformado por arte del sufrimiento en una piel blanca y en una sonrisa de resucitada. Su sonrisa y su mirada llena de inteligencia y de silencios hermosos me han vuelto a decir lo que tantas veces pienso, mejor, veo: hay una raza superior de seres buenos que milagrosamente alivian el vivir, cimentan la dignidad con su sola presencia. Ella, a sus quince años, bien podría ser una de las mujeres fuertes de la Biblia. Recuerdo aquello de "cuando veas a un hombre bueno, aprende de él; cuando a uno malo, mírate a ti mismo".
"Pero como era bueno, por ser inteligente..." San Manuel Bueno, mártir , Unamuno

1 comentarios:

Blogger Belén Peralta ha dicho...

Preciosa entrada, tanto por lo bien escrita, como por su bellísimo significado.

He estado dando una vuelta por tu casa,a la que he llegado por casualidad, y me gusta lo que veo. Escribes muy, muy bien.

Un beso,

B.

30 de mayo de 2008, 16:42:00 GMT+1  

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