La vida
En una mañana apresurada llena de trabajos he visto, después de dos meses, a mi alumna S. Regresa al mundo tras ser probada a fuego por el dolor y por la muerte. Ha vencido: las ojeras que yo le señalaba y su tez apagada se ha transformado por arte del sufrimiento en una piel blanca y en una sonrisa de resucitada. Su sonrisa y su mirada llena de inteligencia y de silencios hermosos me han vuelto a decir lo que tantas veces pienso, mejor, veo: hay una raza superior de seres buenos que milagrosamente alivian el vivir, cimentan la dignidad con su sola presencia. Ella, a sus quince años, bien podría ser una de las mujeres fuertes de la Biblia. Recuerdo aquello de "cuando veas a un hombre bueno, aprende de él; cuando a uno malo, mírate a ti mismo".
"Pero como era bueno, por ser inteligente..." San Manuel Bueno, mártir , Unamuno
1 comentarios:
Preciosa entrada, tanto por lo bien escrita, como por su bellísimo significado.
He estado dando una vuelta por tu casa,a la que he llegado por casualidad, y me gusta lo que veo. Escribes muy, muy bien.
Un beso,
B.
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