sábado, 13 de febrero de 2010

Tiefer

Hemos encendido la chimenea en esta tarde de febrero. Desde el azul gris de la sobremesa, ha ido la luz pintando las horas, cada vez más íntima, más nuestra. Ahora, ni el horizonte tiene una última claridad. Le madera de olivo que crujía es ya ascua y silencio. Ha pasado la tarde clara. Y ha sido verdad. Eso es suficiente.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio