Desolación

Hay algo en esta desolación del centro del otoño que me exalta. Pienso en el jardín desvastado en la tarde de diciembre de los poemas de Jiménez Lozano. Los colores de la realidad son acero y deslumbramiento, pureza, aire. La tarde abierta no pide nada, inalterable y exacta. El viento limpia aún más los colores, atenuándolos, afilándolos. Hay un esplendor secreto en la devastación de este vivir.