El Oviedín del alma
Recorro las calles familares de Oviedo y pienso en los jóvenes para los que esta ciudad ha sido, es, será su Sangri-Lá. Llegado octubre, acamparán en las calles de la lluvia y en los claustros mojados de la Universidad. La vida se abrirá para ellos como una flor carnívora. Cuando regresen en autobuses tristes a sus casas en los pueblos y aldeas verdes, verán que todo sigue siendo ayer. Desearán esta ciudad, su promesa caudal, su fantasía.
Me invade la compasión y la envidia.
( 29 de Julio)
1 comentarios:
Yo espero que si me tocan de vecinos donde vivo sean buena gente y no me molesten con sus musicas y su malditas fiestas.
Josea.
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