jueves, 30 de julio de 2009

Apátrida

Atravieso España, cruzo la meseta y atardece. Los campos de Castilla, ahora que cae la tarde, están pintados de flores amarillas. Dejé atrás los olivos, su simetría, bajo el sol candente.
Cuando subo al Norte, siempre me asusto, porque empiezo a pensar en San Juan -aquí, por Fontiveros-, veo el cielo abierto y distante, los campos verdes... Y yo ya sé que en la pobreza de los campos del Sur, en los olivos solos y quietos, en el cielo pleno, está la vida.
(27 de Julio )

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