jueves, 7 de febrero de 2008

Un séneca

Acabo de ver en la tele una entrevista pausada con un torero retirado, cuyo hijo tiene una suegra dedicada a "cosas de costurería y de colonias". No le pide nada a la vida, porque necesita poco. Habla de sus nietas, de su mujer, de lo bien que le sale la paella y de cómo aprendió a hacerla, entre preguntas y hambres antiguas. La tez de cobre y sol de la sierra, el pelo cano, el traje impecable y gris, la hermosa corbata un poco suelta. Estos hombres serenos y vivos con una extraordinaria altura honda son los que me hacen sentir el privilegio de vivir en el Sur. Ese silencio de los "andaluces serios", que decía Machado.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio