sábado, 2 de febrero de 2008

Huesos y alegría

En los escombros del invierno y del dolor, una mañana de sol, primera de febrero, mediodía blanco. Después de días sin nombre, luz pura: mar lento y demorado en las orillas del mundo, mundo transparente de luz y de verdad. Que se alegren los huesos quebrantados, dice el Salmo, porque también es verdad la vida y el sueño puro de los cuerpos, de la luz, de un día nuevo. Et exsultabunt ossa, quae contrivisti.

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