viernes, 11 de diciembre de 2009

Fuerza

Con tus ojos a unos centímetros de los míos, tendidos en la cama, en silencio, tus ojos se abren y cierran mirando fijamente a los míos. Primero el izquierdo, después el derecho, con rapidez, bromeando. Esa sonrisa de tus ojos la volví a ver el sábado, después de muchos años. Es la que tus ojos hacían en un invierno gélido, en la Granada de nuestra primera juventud. El sábado se borró el tiempo, y otra vez éramos dos, solos, tendidos en la cama, muy juntos los rostros felices. La fuerza de esa mirada tuya, que traspasa el tiempo y que es verdad, belleza y bondad: esa es mi fuerza.

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