lunes, 24 de agosto de 2009

Thalwill

La ciudad y su tela de araña terminan. Los elegantes suben y bajan la Bahnhofstrasse, aturdidos, febriles, anónimos. Las ancianas hermosas toman café en Sprüngli. Las banderas de la Confederación Helvética adornan las calles medievales. Atrás queda la ciudad.
En la orilla del Zürichsee se bañan los jóvenes al atardecer y pasean los matrimonios y las solitarias a sus perros. Sobre el césped fluorescente, los cuerpos libres, alejados de la ciudad y llenos de verano.
(18 de agosto)

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio