lunes, 16 de febrero de 2009

Victoria

Cuánto me han servido estos días últimos de la semana pasada, de lunes creo a viernes al mediodía, en los que la luz fue por unos días luz de primavera. Desde lo hondo de un invierno especialmente frío, la luz, inmensa, nueva. Cuántas cosas me ha traído esa luz, dispares y homogéneas al tiempo: el escudo de la Universidad de Granada, mi rostro recién afeitado y bañado de luz, los cielos rosas de África, el mar nuevo, abierto, mediodía. Y una ilusión, una esperanza, aún de juventud, terca, por la maravillosa vida.

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