miércoles, 21 de enero de 2009

Sweet land

Aparece una maruja, senadora por California, con un cardado años 50 y un cartapacio a punto de caérsele de las manos. Su público no es un grupo de amas de casa, sino el mundo. Todo es serenidad y lógica. Y orgullo. Va a cantar Aretha Franklin. Emerge vistiendo un abrigo gris perla y en su cabeza de negra maravillosa un primoroso lazo gris y enorme, tachonado de piedrecitas brillantes -una estrella por cada estado de la Unión, ha dicho, muy propia también, una compañera de trabajo-. La señora cuya cabeza corona un hermoso lazo gris perla coloca su mano derecha sobre el corazón. Y comienza a cantarle al mundo: my country ´tis of Thee, sweet land of liberty... No puedo escucharlo sin estremecerme, porque es, para todos, nuestra tierra de promisión: ejemplar en muchos sentidos, guardando lo mejor de Occidente, la savia de un valor que en Europa ya hemos perdido, y ávida de futuro, manos a la obra, aún joven e ingenua, orgullosa.

1 comentarios:

Blogger Cristina ha dicho...

Me encantó el sombrero de Aretha Franklin, y tb su serenidad y templanza, pero sobre todo su elegancia llena de orgullo.

Mientras la miraba y la escuchaba cantar, no dejaba de imaginarme el proceso de elección de ese sombrero, casi tan grande como su cabeza, pensaba en cómo lo habría elegido cuidadosamente, asesorada por amigas y familiares, para un momento tan emocionántemente histórico. Y, no sé por qué, me imaginaba su casa llena de gente, mientras ella se vestía y maquillaba horas antes de la actuación...

27 de enero de 2009, 18:06:00 GMT  

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