Oro
Con una fuerza imposible, el sol en estas tierras del Norte se hace dueño de la tarde. Todas las cosas -verdor de las hojas, madera, pizarras de los tejados- brillan con el último estertor del verano. Agosto herido comienza su fastuosa despedida entre oros viejos y luces nuevas.
Consideraban que lo sagrado e importante no era aquella mañana de primavera ni la belleza del mundo creada por Dios y concedida para dicha de todos los seres vivientes... "Resurrección", Tolstoi
(Domingo, 17-8-08, 18:00)
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