Plenitud solar
Quizás este sol inclemente, que no atiende a razones, nos permita no pensar y mirar callados, aprendiendo. Cuando los días se deshacen en horas de plenitud solar y horas frescas de sombra y calma, todo está solucionado: es la vida más grande que nosotros. Nos basta ser alumnos aplicados del sol, mirar como niños inocentes las horas del incendio, sorprendiendo las matices de la luz, aprendiendo maravilla.
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