Cinamomo
Para Inma
Va cayendo la tarde sobre la costa. Desde el salón, veo el azul último abandonando el cielo. Esta mañana, después de la lluvia, la celinda había florecido. Era la flor de mi abuela y de su tía, mi madrina. Las dos adornaban las solapas de sus blusas con los botones blancos y olorosos de las flores, cuando florecían en el gran arbusto del patio. Le llamaban cinamomo. Su olor me estremece.
Ese aroma, esas flores puras son para mí el pregón de la primavera, la vuelta de la vida. Así lo ha sido esta mañana, después de todo este invierno delicado y duro. Precisamente esta mañana, que tanto había que celebrar.
(28 de abril)
2 comentarios:
Gracias Marcos, aquí al lado de donde vivo ahora, hay otra casa con cinamomo en el huerto.
Yo estoy mirando cómo conseguir uno para mi casa. No sé si crecerá bien en una maceta. Me gustaría mucho tenerlo aquí.
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