domingo, 1 de julio de 2007

Juventud, poesía

Entro en la librería y lo veo buscando el libro de poesía que le salve. Mira y selecciona entre los anaqueles. Encuentra aquel que ajuste precio y que contenga los versos que le han herido. Sale a la calle con su juventud y su verdad. Es yo, quien fui. No sé si sentir pavor o ternura o envidia ante la emoción y el silencio con que elige y paga y sale a la calle. No sé que pensar de mí. La única certeza es que unas palabras, un verso, lo salvará en esta tarde granadina que, andando el tiempo, recordará.
(Martes, 19 de junio de 2007)

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