miércoles, 20 de abril de 2011

Tarde en la tarde

Tú me enseñaste hace ya muchos años que el atardecer es la hora más hermosa del día. Ahora atardece en la tarde del Miércoles Santo, lees a mi lado mientras muy despacio cae la luz gris y leve de hoy. Ya ha pasado la merienda, son las ocho y media, continúa el día. Horas que volverán en la memoria y juzgaremos felices, porque un instante la angustia se rompió en vida, el no saber en certeza.

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