martes, 25 de agosto de 2009

Der Zürichsee

En el agua gélida nadan varios jóvenes. Puntualmente el tren pasa por la parte trasera de la vivienda haciendo un ruido amable que se llama civilización. Ha amanecido un sábado cantábrico sobre el Zürichsee y cielos, aguas y luz son las que a mí me hicieron hombre.
Desde el gran ventanal abierto al lago veo el agua azul y gris, las residencias serenas de la otra orilla, el verdor, el orden, la paz. Como decía Ortega, todas esas minucias "a las que llamamos civilización".
(22 de agosto)

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