sábado, 2 de diciembre de 2006

Nada

Al salir a la calle, las luces encendidas sobre la ciudad antigua, hermosqa y fea a un tiempo. Una paloma hecha con cuatro bombillas, tosca, adornaba mi calle. Bastante más abajo, otra paloma idéntica. El bar iluminada y lleno de gente merendando y tomando unas copas y encontrándose tras la semana de trabajo, la soledad de la calle y su silencio, las oscuridades, la poca luz y la maravillosa paloma, primer presente del Adviento, luz de diciembre.

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