jueves, 4 de noviembre de 2010

Un milagro

Ningún reproche, otoño;
fiel y viejo conserje de mi vida.
Sólo es que el viento, en esta
nubosa y lenta tarde de noviembre,
no me traerá sus ojos,
sobre cuyas pestañas
copiosamente habrá llovido.
Sé benigna con ellos,
lluvia, hermana;
tú que vives llorando.

Vicente Núñez, Rojo y sepia

Hoy lo he comentado en clase, con los alumnos, para nombrarte, una vez más, sin decir tu nombre, para recordarte, una vez más, en silencio, otra vez.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio