lunes, 18 de diciembre de 2006

Solsticio

Días de diciembre que culminan en la Noche del 24. Días de junio llevándonos en su luz a la noche de San Juan. Dos meses niños, inocentes en su color de promesa, de víspera, de anticipación, de espera. Mi adorada C. ya los siente a mitad de enero, ya huele a luz de verano, y así, estamos meses esperando el estío, degustándolo, y al final de junio ya todo ha pasado, ya todo es descenso.
Estos días de diciembre son iguales a los de junio, son un clarín cernudiano, un anuncio de lo que al llegar, ya se ha ido. Días que nos hacen amantes de las vísperas, fieles de la espera: sabemos que el culmen del invierno y su luz de cristal y de oro blanco ya se ha ido mientras que lo esperábamos, sentimos el polvo de oro entre los dedos discurrir, perderse.

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